Sirvienta

Te tomaría a mi servicio, para tu limpieza y otros beneficios... Tu turno empezaría a las 6 de la mañana, ¡al minuto!

Llevarías un vestido blanco y negro, como una criada francesa, tendrías un plumero en la mano, medias brillantes en los pies y hablarías con voz suave y fina, como una mujer. Te llamaría Sandra.

Lo primero que harías sería limpiar mis brillantes zapatos de tacón con tu lengua y luego pasearías con ellos puestos.

Luego empezarías a preparar mi desayuno, me gustan las tostadas con jamón y queso, no demasiado tostadas, pero tampoco demasiado poco... lavarías la mesa del comedor y luego pondrías la mesa. Exprimes el zumo de naranja a mano. Cuando como la tostada, te pones firme y esperas órdenes. Estás a la espera por si quiero pasar algo, quitar algo, si me ensucio la bata, la limpias inmediatamente. En cuanto termino, empiezas a recoger todo de la mesa sin dudarlo y vuelves a limpiar y abrillantar toda la mesa. Voy al baño a ducharme y maquillarme. En cuanto terminas en la cocina, me sigues al baño para recoger mi ropa sucia del suelo. En secreto, para que no te vea, porque sabes que te castigarán, te hueles las bragas y los calcetines y los metes rápidamente en la lavadora.

De espaldas para que no me veas desnuda, me pasas una toalla limpia. Coges el secador entre tus manos y secas mi larga y preciosa melena. Es un trabajo tedioso que me hace daño en la mano, ¡así que ahora es tu trabajo! Salgo del baño en albornoz. Tú sigues mis pasos... Me siento en el sofá y en ese momento te dispones a ponerme las zapatillas para que no me resfríe. Notas mis pies aún húmedos y te encantaría tenerlos entre tus manos, masajearlos, pero aún queda mucho trabajo para que puedas hacerlo.

Te daré un plumero y mis guantes limpios para tus manos. Cuando digo limpias, se quedan limpias, ¡¿entiendes?!

Limpiarías el polvo con tu plumero, mancha por mancha. Si veía una mota de polvo en alguna parte, lo volvías a hacer para que quedara brillante y limpio. Te arrodillarías y fregarías mi alfombra con un cepillo de dientes y agua jabonosa y luego la pasarías la aspiradora. Lavarías los platos. Ordenarías toda la ropa de mi armario por colores y mis libros alfabéticamente. Sacarás la basura.

En el jardín, ¡sacas la tierra con las manos y la llevas en esos botes altos hasta el final del jardín! Quiero ver cómo caminas con botas altas por terrenos irregulares. Por lo demás, recuerda, mis guantes se mantienen limpios... por eso lo haces con las manos.

Plantas las rosas rojas que sabes que más me gustan y traes la tierra del final del jardín.

Sacarías con una cuchara las hojas del árbol que cayeron del estanque del jardín.

Luego te desnudarías, a una orden mía, para no ensuciarte el equipo, y empezarías a prepararme una comida. Me gustan los espaguetis a la boloñesa, y la salsa de tomate está lo bastante sucia como para que te pongas ropa nueva... luego empiezas a tender la colada en el balcón. El balcón es transparente, así que toda la gente que pasa por allí puede verte en todo tu esplendor.

Yo estoy sentado en una silla después de todo un día sin hacer nada y te digo lo que tienes que hacer y cómo hacerlo.

Ven aquí, te mostraré... harás una mesa bajo mis pies mientras leo una revista.

Tu saco y tu polla están colgando y a veces me río de ti. No sabes si me río de la revista o de ti, pero llevas una buena hora haciéndome una mesa y masajeándome los pies todo el día. Voy a pedir un café. En seguida te levantas y vas a prepararme un café, luego me lo traes diciéndome: "como a ti te gusta, con dos de azúcar". Te pones a mi lado y me das un sorbo gradual de mi delicioso café a través de una pajita....

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