Lo conocí un verano

Anal
Sexo en grupo
Bragas
Caviar
Infidelidad
Oral
Sumisión

Ese verano yo salía con un chico, solo que llevaba un tiempo que él nunca tenía ganas de sexo siempre tenía una escusa preparada para no follarme.

Pero llego un día que yo estaba harta y me fui muy desconsolada a visitar al trabajo a un par amigos nuestros; Sebastián y Cristian.

Cuando llegue al sitio que estaban reformando entré allí llorando como una madalena hasta que los vi trabajando, sin camiseta, sudados golpeando fuerte la pared con la maza.

Se me olvidó por completo el motivo de mi llanto y solo podía pensar en lo mojada que estaba de golpe queriendo ser yo la que recibiera esas fuertes embestidas.

Así que les propuse a los dos montarnos un trío, (realmente ya había tenido sexo con ellos pero individualmente)no les costó demasiado tomar la decisión y seguidamente empezaron a besarme por todas partes.

Sebastián empezó a quitarme la camiseta y el sujetador, mientras Cristian me iba bajando los pantalones y el tanga rojo que llevaba y empezaba a besarme los labios rosados y mojados de mi entrepierna. Sin darme cuenta ellos ya estaban desnudos y con sus pollas bien duras preparadas para hacerme correr como una perra.

Me puse de rodillas y cogí sus pollas una a cada lado de mi cara apuntándome como dos cañones llenos de munición. Empecé a comérsela a uno mientras al otro le masturbaba con la otra mano e iba alternando, yo era joven e inexperta así que ellos empezaron a manejar la situación me cogían de la cabeza de uno en uno y me la metían en la boca hasta atragantarme una y otra vez. Me levantaron del suelo y me pusieron a cuatro patas con la polla de Cristián en la boca y Sebastián metiéndome la suya por el coño, (querían calentarme para lo que se me venía encima) yo estaba en pleno éxtasis nunca me había montado un trio y me estaba corriendo como nunca.

En ese momento empecé a sentir algo mojado en el culo, sin haberme dado cuenta hasta se habían cambiado, (estaban a punto de reventarme entre los dos) así que me senté en su polla y empecé a cabalgarle, el otro mientras ya la tenía en posición, me agarró del pelo fuerte y me dijo al oído

-shh tranquila tú relájate-

Mientras decía eso ya me la estaba metiendo, las dos metidas hasta el fondo y yo atrapada en un sándwich con ellos dos follandome como una puta en una sentada de embestidas que a parte de empapada me dejaron en un estado de éxtasis que nunca había sentido estaba en una nube, pero aún no había terminado.

Así que me tumbaron boca arriba, uno a cada lado y empezaron a correrse en mi cara y en mis tetas, haciendo que cayera también en mi boca abierta sintiendo como bajaba por mi garganta la mezcla de sus leches.

Después de eso me costó mucho levantarme estaba extasiada en un charco de corrida caliente y olorosa.

Por desgracia el tiempo ya ha pasado y cada uno hemos hecho nuestras vidas pero aún recuerdo esa noche como si fuera ayer.

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