24h entre mis piernas

Ayer llevé todo el día mi tanga favorito: hilo rojo, tan pequeño que casi se pierde entre mis curvas…

Salí a hacer recados, caminé por el centro, tomé café sentada con las piernas cruzadas, sintiendo cómo se pegaba la tela fina a mi piel caliente.

No llevaba sujetador

Me gustaba saber que mi cuerpo iba libre, travieso, húmedo… con cada paso sentía cómo se humedecía más.

Llegué a casa al atardecer, me quité los pantalones lentamente y el tanga ya estaba marcado con mi aroma

Lo guardé enseguida, sin lavarlo, con todo lo que llevaba de mí.

Hoy lo tienes disponible… ¿Te lo imaginas entre tus dedos?

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